Establecer una «cultura equitativa» en una empresa implica generar un ambiente de confianza que fomente la fluidez de la información. También implica identificar y reconocer los comportamientos apropiados, mientras se sancionan aquellos que no lo son. «Responder equitativamente» es crucial para un liderazgo efectivo en seguridad.
La confianza es fundamental en una cultura justa
La importancia de la confianza en una cultura justa es innegable. Los empleados necesitan tener una idea clara de cómo responderá la dirección ante sus acciones, ya sea una iniciativa o un error. Esto se logra mediante reglas claras y previsibilidad en las consecuencias. Cuando las reglas son transparentes y aplicables para todos, los empleados se sienten más seguros para informar sobre problemas y tomar iniciativas de seguridad. Por el contrario, la arbitrariedad en las decisiones de la dirección genera desconfianza y puede desalentar la comunicación abierta. Cuando los empleados temen represalias injustas, tienden a ocultar problemas y situaciones peligrosas, lo que socava los esfuerzos de prevención de riesgos.
Silencio organizacional: Una amenaza para la seguridad
El silencio organizacional, un peligro latente, describe la falta de flujo de información crucial desde el personal de campo hacia la alta dirección. Varios factores, tanto psicológicos como estructurales, pueden alimentar esta situación, siendo la falta de una respuesta adecuada a señalamientos o eventos uno de los más destacados.
Fomentando una cultura justa: El papel de los líderes en seguridad
Para mantener la confianza y la libertad de expresión, es crucial que la respuesta de la jerarquía ante errores o desviaciones sea coherente, comprensible y predecible. En este sentido, los líderes de seguridad tienen un papel fundamental. Se espera que creen un ambiente de confianza donde todos se sientan cómodos para señalar cualquier problema de seguridad y actuar en consecuencia. Asimismo, deben establecer límites claros entre comportamientos aceptables e inaceptables y reconocer las contribuciones positivas, lo que motiva y compromete al personal. Es esencial reaccionar de manera justa y uniforme ante cualquier desviación, reconociendo el derecho humano a cometer errores y ofreciendo un trato equitativo. Evitar imponer incentivos o sanciones sin diálogo puede socavar la comprensión y aceptación de las reglas fundamentales.