Mientras el futuro del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) en la provincia de Santa Cruz es todavía una incógnita, las recientes declaraciones de la secretaria de Minería, Nadia Ricci, han generado confusión en escenario minero provincial, dado que en menos de dos meses, Ricci pasó de calificar al RIGI como el «guiño que estaban esperando las empresas» a afirmar que no se pueden esperar grandes inversiones en minería bajo este régimen.
El 12 de julio de 2024, en una entrevista con el medio La Tecla Patagonia, Ricci destacaba el potencial del RIGI como la herramienta que podría revertir la falta de inversión en exploración, un problema crónico en Santa Cruz. «Era algo que estaban esperando las empresas, era el guiño que estaban aguardando a nivel internacional», afirmaba en ese entonces. Según sus palabras, el RIGI, junto con otras desregulaciones, ofrecería un alivio a las empresas más pequeñas, que necesitan incentivos para continuar explorando.
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente en sus recientes declaraciones de ayer, 4 de septiembre, en esta oportunidad en un medio de Caleta Olivia, Radio Vanguardia, donde Ricci sostuvo: «No podemos esperar grandes inversiones mineras con el RIGI», argumentando básicamente que las grandes inversiones ya se han realizado en la provincia. Según la perspectiva de Ricci, el RIGI está pensado para abarcar todas las industrias, no solo la minería, y sus efectos en este sector serán más limitados de lo esperado.
Este cambio de discurso genera desconcierto en el sector minero y pone en duda la verdadera utilidad del RIGI en la minería de Santa Cruz. Mientras Ricci subraya que la provincia necesita ponerse «en la vidriera» para atraer inversiones, sus palabras parecen contradecir las expectativas iniciales que ella misma había alimentado.
Qué pasa hoy con el RIGI en otras provincias?
Mientras Santa Cruz navega en la incertidumbre sobre los efectos del RIGI en su sector minero, otras provincias ya han comenzado a avanzar con su adhesión a este régimen. San Luis, por ejemplo, aprobó la ley de adhesión al RIGI, pero con una advertencia clara: «En San Luis no habrá minería contaminante». El gobernador Claudio Poggi destacó el potencial del RIGI para atraer grandes inversiones en energías limpias, como la solar y eólica, pero descartó su aplicación en la minería a gran escala.
Catamarca, que hoy define su posición, ya ha avanzado en la aprobación del RIGI gracias al esfuerzo del gobernador Raúl Jalil, quien logró el apoyo de la oposición a pesar de divisiones internas en su bloque peronista. Catamarca busca aprovechar este régimen principalmente para el desarrollo de su industria del litio, uno de los recursos estratégicos más importantes de la provincia.
Por otro lado y como adelantáramos previamente, en San Luis, la adhesión al RIGI fue aprobada, pero con una advertencia categórica: «En San Luis no habrá minería contaminante». El gobernador Claudio Poggi destacó que, aunque el régimen puede atraer grandes inversiones, su enfoque estará en las energías limpias como la solar y la eólica, dejando fuera la minería a gran escala.
En el sur del país, Río Negro fue una de las primeras en adherirse al régimen bajo el liderazgo del gobernador Alberto Weretilneck. Esta pronta adopción permitió que proyectos clave como la planta de Gas Natural Licuado (GNL) de YPF y Petronas se ubicaran en la provincia, desplazando a Buenos Aires de la carrera por este desarrollo.
Las provincias de Mendoza, San Juan y Chubut también aprobaron el régimen, aunque en el caso de Chubut, tal como ocurrió recientemente con San Luis, con la salvedad de que no habilita la minería metalífera a gran escala, lo cual sigue prohibido por la ley provincial. En Jujuy, el RIGI fue aprobado con amplio respaldo del oficialismo, mientras que en Tucumán y Salta, las adhesiones se dieron de manera rápida y con el apoyo de sectores aliados al gobierno nacional.
En cuanto a Neuquén, aunque las expectativas respecto a la minería bajo el RIGI son moderadas debido a la prioridad que la provincia otorga a los recursos energéticos, algunos expertos creen que el régimen podría eventualmente diversificar su economía al atraer inversiones mineras en el futuro.
Mientras tanto, algunas provincias mantienen una postura más cautelosa o de rechazo. En Córdoba, el proyecto aún no se ha enviado a la legislatura, aunque el gobernador Martín Llaryora ha mostrado interés en captar grandes proyectos de desarrollo. En Santa Cruz, la legislatura está en pleno debate sobre el régimen, aunque se excluyó la actividad minera. En Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof se ha convertido en uno de los principales opositores, y está explorando la creación de un «RIGI bonaerense».
Por último, el rechazo al RIGI también es claro en provincias como La Pampa, Formosa, y La Rioja, cuyos gobernadores consideran que el régimen no favorece suficientemente la contratación de mano de obra local ni el uso de insumos nacionales, mientras que en Entre Ríos, el gobernador Rogelio Frigerio criticó el enfoque extractivista del RIGI y anunció su propio Régimen de Incentivo a las Nuevas Inversiones (RINI).
Este panorama contrasta con la situación en Santa Cruz, donde las expectativas generadas inicialmente en torno al RIGI parecen haberse diluido con el paso del tiempo. Mientras otras provincias comienzan a ver los primeros frutos de su adhesión al régimen, Santa Cruz aún enfrenta desafíos en términos de exploración minera y control de inversiones. Las palabras de Ricci reflejan una provincia que, si no acelera sus esfuerzos, corre el riesgo de quedarse rezagada frente a otras jurisdicciones que ya han avanzado en la implementación del RIGI.