En un gesto que refleja el fuerte compromiso social de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) en Santa Cruz, los miembros de la comisión directiva, dirigidos por Javier Castro, han llevado a cabo la preparación de kits escolares destinados a los hijos de los trabajadores mineros. Este proyecto solidario, que busca apoyar la educación de las futuras generaciones y colaborar con las familias mineras en el difícil contexto económico que atraviesa nuestra provincia y nuestro país en general, se ha convertido en una iniciativa emblemática de la seccional.
Fabián Águila, uno de los miembros destacados de la comisión, se ha ocupado de llevar adelante esta cruzada para los afiliados del gremio. Según la información proporcionada por la prensa de AOMA Santa Cruz, Águila ha trabajado en estrecha colaboración con los delegados de cada turno, asegurándose de que los kits se adapten a las necesidades específicas de cada estudiante. Este enfoque personalizado garantiza que los útiles escolares sean realmente útiles para los beneficiarios, marcando la diferencia en la vida académica de los hijos de los trabajadores mineros.
La logística de distribución de los kits ha sido meticulosamente planificada para llegar a cada rincón de los yacimientos mineros de la provincia. El objetivo es facilitar el acceso a estos recursos educativos a todas las familias mineras que tienen hijos en edad escolar. Este esfuerzo conjunto de la comisión directiva y los colaboradores refuerza el sentido de comunidad y solidaridad dentro de la industria minera en la región.
Para asegurar que los kits lleguen a quienes más los necesitan, se ha establecido un proceso transparente para su retiro. Los trabajadores mineros deberán presentar el certificado de escolaridad de sus hijos a los delegados o la comisión encargada de la entrega. Este requisito garantiza que los recursos se asignen adecuadamente y lleguen a las manos de aquellos que están comprometidos con la educación de sus hijos.
La iniciativa de AOMA Santa Cruz va más allá de la labor sindical tradicional, demostrando un compromiso con el desarrollo integral de las comunidades mineras. Este gesto solidario no solo alivia la carga financiera de las familias mineras, sino que también refuerza el valor de la educación como motor de progreso en estas comunidades.