Este domingo 6 de agosto, se conmemoró la creación de la primera minera estatal que hizo realidad aquella autodeterminación de vivir del carbón e impulsó el sector productivo en la cuenca carbonífera.
Este 6 de agosto, se celebró un nuevo aniversario de la creación de Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF), que posteriormente pasaría a denominarse Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT).
La empresa, que cumplio nada más y nada menos que 65 años, convirtió a la Provincia de Santa Cruz en sinónimo de minería en Argentina, y a la cuenca carbonífera en sector productivo. Se trata de la primera minera estatal que hizo realidad aquella autodeterminación de vivir del carbón.
Nuevo aniversario de YCRT
El 6 de agosto de 1958, mediante el Decreto Presidencial N° 3.686, se creó la empresa Yacimientos Carboníferos Fiscales. La recordada YCF llegaba para sustituir a “Combustibles Sólidos Minerales”, compañía que desarrollaba la industria a pequeña escala.
La historia no es solamente esta parte institucional, sino que contiene muchos años de los pueblos que pelearon para hacer valer su autodeterminación: el carbón como medio de vida.
Rendimiento
Transcurridos los primeros 19 años, YCF entró en sus mejores cuatro años de producción.
Desde 1977 a 1980, “un grupo de técnicos e ingenieros” potenció al máximo el enclave industrial. “Sólo en 1977 se registró una producción de 1.450.000 toneladas de carbón bruto y 750.000 toneladas de carbón depurado”. Las cifras no se repitieron jamás.
En 2004, desde la presidencia, Kirchner anunció la creación de la termoeléctrica.
En un cuatrienio se extrajo un total de 3.500.000 de carbón y hubo aperturas de nuevos frentes largos, ya que la mirada estaba puesta en la productividad y el progreso.
Pero los años fructíferos terminaron pronto. El clima político y social de Argentina en aquellos años, enmarcado por la dictadura cívico-militar más cruel de la historia, influenció en la minera. En 1981, YCF comenzó a desandar su gloria y la debacle se profundizó por los 9 años siguientes, hasta 1991.
“Con los reiterados cambios de poder y ante la aparición de nuevas tecnologías, la desinversión y desvalorización del mineral se hace cada año más latente”, describe la historia de los yacimientos.
Por su parte, los mineros no retrocedieron en sus aspiraciones y se organizaban. Los gremios buscaban influir en la toma de decisiones. Los trabajadores de aquellos años recuerdan que fueron años duros para evitar el cierre de la empresa.
Pablo Neto, presidente del Centro de Jubilados de ATE, recordó en diálogo con La Opinión Austral que “sólo entre 1992 y 1993 se registraron alrededor de 1.700 trabajadores” despedidos. “Hubo ofrecimiento de retiros voluntarios y fue muy grande la adhesión”, agregó. La planta de los mineros superaba los 3.500.
“La ecuación energética nacional del momento proponía sacar carbón, depurarlo y trasladarlo hasta Punta Loyola», comentó Neto y precisó que luego era cargado “en un buque hasta San Nicolás (sur de la provincia de Buenos Aires) y recién llevado a las calderas para generar energía».
Planteado de esta manera, según consignó, estaba claro que “nuestra empresa era inviable, así nos decían cada vez que peleábamos contra el cierre o la privatización”.
Pero haciendo uso -una vez más- de la autodeterminación, los mineros continuaron hermanándose para hacer realidad sus aspiraciones y sueños. En extenuantes asambleas de la época, enfrentaron la verdad con el objetivo de que YCF siguiera viva.
“La única alternativa era la construcción de una usina en boca de mina”, recordó Neto, sin desconocer que “era más fácil que San Nicolás trajera carbón de Colombia para generar energía, a pesar que el nuestro estaba subsidiado”.
Privatización
Mientras el enclave productivo más grande de Santa Cruz seguía con suerte esquiva para la producción, en 1994 los pueblos mineros sufrieron un duro revés. Quizás el más fuerte de su historia.
La mayor producción de Yacimientos Carboníferos se ubica entre 1977 y 1980
El Poder Ejecutivo Nacional, a cargo de Carlos Menem, privatiza YCF, otorgándosela al empresario Sergio Taselli. En una relación tensa con los mineros, decide conformar YCRT SA.
“Ese año hubo un paro que desembocó en la toma de 14 días de la empresa”, recordó Ricardo Bordón, secretario general de CTA en Turbio. “El control de la mina lo tenían los trabajadores y cuando llega el entonces gobernador Néstor Kirchner, lo dejan una noche esperando, recién al otro día a la mañana ingresamos a mina”, detalló.
“Éramos un grupo grande, todos vestidos de mineros, Kirchner también. En un retén lo hacen bajar, lo revisan, allí un compañero lo reta y le dice: Usted lleva el casco mal puesto, el cinto está mal”, relató Bordón en una entrevista.
Estatización
Ante el camino errático que tuvo YCRT en las manos de Sergio Taselli, los mineros de la Cuenca querían poner fin a la privatización de la empresa y buscaban enjuiciarlo por la administración desarrollada.
“En 2001 se llevó adelante un congreso del carbón”, recordó Luis González, ex minero, en diálogo con La Opinión Austral.
“Se tomaron dos decisiones fundamentales: que se vaya Taselli y que se construya la usina para generar energía. Unos panfletos de la época tenían la consigna: Usina ya o la Cuenca se muere”, señaló.
Por fuera del congreso, indicó que hubo un “pedido a Provincia para que se hiciera cargo de YCRT, el planteo fue que el Estado debía recuperar el patrimonio público”. Sin embargo, señaló que por esos años “el gobernador Kirchner señalaba que se trataba de jurisdicción nacional y nada podía hacer en ese escenario”.
Con estos vientos de cambios impulsados por los pueblos de la Cuenca Carbonífera fue que el Gobierno Nacional a cargo de Eduardo Duhalde, a través del Decreto N° 1.034 en 2002, anuló la concesión a Sergio Taselli y la empresa volvía al seno estatal, pero con la figura de una intervención.
Ya con Néstor Kirchner en la presidencia, en 2004 fue anunciado el “Plan Energético Nacional”. Entre las líneas directrices, el santacruceño incluyó la construcción de la usina termoeléctrica de la estatal YCRT, con la mirada puesta en la diversificación de la matriz energética de Santa Cruz y el país.
Propios y extraños comprendieron que el plan serviría para cambiar el destino. La generación de energía sería el trampolín para la industrialización de la provincia.
Construcción
En febrero 2014, la termoeléctrica registró un avance de obra del 90% y en diciembre de ese año se concretaron de manera exitosa las primeras pruebas de funcionamiento. Esto marcó un hito en el sector productivo de Santa Cruz.
“La central tendrá una capacidad de generación de 240 MW y una provisión garantizada de carbón de 1,2 millones de toneladas por año a cargo de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) para su funcionamiento”, se describió en el informe oficial.
Así, en agosto de 2015, la “central Río Turbio logra entregar electricidad por primera vez al Sistema Interconectado Nacional”. La obra, impulsada por el Ministerio de Planificación Federal de la Nación, demandó una inversión de 6.000 millones de pesos (US$ 763 millones)
Fuente: La Opinion Austral