La frágil paz social que se había conseguido luego de la difícil situación vivida en Cerro Moro, que durante los últimos días del mes de julio pasado, tuvo en vilo a toda la comunidad de Puerto Deseado, resonó también a nivel provincial y puso en serio riesgo la continuidad de las actividades de la mina poco tiempo atrás, trastabilla una vez más, por una serie de eventos desafortunados que según publicaron algunos medios locales y pudo indagar esta redacción, son ajenos a la voluntad de la empresa madre que opera el yacimiento, Yamana Gold.
De acuerdo a fuentes consultadas por este portal, la desatinada decisión de desvincular trabajadores en el medio de esta suerte de “tregua” entre los trabajadores, el estado y la empresa no es responsabilidad de las autoridades de Cerro Moro, sino que se trata de una decisión unilateral e inconsulta tomada por una de las empresas satélite que operan en la mina, algo que según confirmaron fuentes muy confiables, habría caído muy mal en el seno de la empresa canadiense y los habría tomado también por sorpresa.
Este tipo de accionar, falto de criterio, de lógica y de contexto no sólo afecta a los trabajadores, que claramente son los primeros perjudicados, sino que además atenta directamente contra la delicada estabilidad que con tanto esfuerzo se había logrado conseguir.
En medio de este nuevo foco de conflicto, la comunidad minera aguardaba expectante el resultado del accionar de la justicia para la determinación de las responsabilidades de quienes se encuentran actualmente dispensados por la empresa de acuerdo a lo firmado en el último documento que destrabara el conflicto pasado.
Tristemente la paz social se ve una vez más afectada por la falta de criterio, por la rigidez en las partes y por la mezquindad de algunas empresas que en lugar de empatizar con el delicado contexto social que se vive en la localidad portuaria, actúan ilógica e egoístamente en contra del bien común anteponiendo sus propios intereses.
Extremo Minero
